Acurrucarse y darse mimos
Hay muchas razones para acurrucarse y darse a los mimos. Qué bien que la temporada de frío además te ofrezca un gran número de oportunidades para hacerlo.
Las caricias estimulan nuestros sentidos y son la forma más fácil, más barata y más bonita de relajarse de verdad. Se ha demostrado que el contacto corporal reduce el estrés, fortalece el sistema inmunitario y mejora la forma física y metal.
Además, con los mimos se liberan endorfinas, y hasta fortalecen la confianza en uno mismo. Es increíble cuántos cambios biológicos y psíquicos se producen con un poco de contacto corporal.
La gente mimosa está mucho más relajada, sana, feliz y es más pacífica que los despegados. Así que, no hay nada como ir a casa y dejarse acariciar el alma.
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